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La vaginitis es un conjunto de problemas de salud vaginal comúnmente experimentados, que incluyen secreción vaginal, mal olor, picazón, irritación y ardor alrededor o dentro de la vagina. Las mujeres experimentan estos problemas con mayor frecuencia durante sus años reproductivos. Existen muchos tipos de vaginitis: vaginosis bacteriana, infecciones por levaduras, tricomoniasis, vaginitis alérgica, vaginitis inflamatoria, vaginitis atrófica y simple irritación vaginal. Debido a que la vaginitis tiene muchas causas diferentes, los síntomas variarán. Además de la incomodidad, el olor y la secreción, las mujeres pueden experimentar hinchazón vaginal, sequedad vaginal, enrojecimiento vaginal, adelgazamiento de los tejidos vaginales y dolor al orinar o al tener relaciones sexuales. La secreción vaginal es la experiencia más común, pero el carácter, color y olor de la secreción variarán según la causa. Los tratamientos también variarán. Algunos tipos de vaginitis se pueden tratar fácilmente en casa, mientras que otros requieren un diagnóstico y medicamentos recetados.
La vaginitis es una afección común en las mujeres.
Las señales tempranas de la vaginitis incluyen secreción vaginal, mal olor, picazón, irritación o ardor.
La vaginitis rara vez presenta síntomas lo suficientemente graves como para requerir atención médica inmediata, pero se debe buscar atención médica inmediata si se experimentan otros síntomas de un problema de salud grave, como fiebre, escalofríos, sangrado vaginal, dolor pélvico o síntomas graves de alergia.
La vaginitis es causada por reacciones alérgicas, infecciones bacterianas, infecciones por levaduras (candidiasis), tricomoniasis, inflamación, irritantes o cambios hormonales. Puedes correr el riesgo de desarrollar síntomas de vaginitis si tienes alergias, múltiples parejas sexuales, relaciones sexuales sin protección o enfermedades de transmisión sexual (ETS). Otros factores de riesgo incluyen el uso de duchas vaginales, fumar, consumir drogas, la diabetes, el embarazo, la lactancia, los DIU, la ropa húmeda o ajustada alrededor del área genital y la menopausia. Medicamentos como los corticosteroides, los antibióticos, los espermicidas y las pastillas anticonceptivas aumentan el riesgo, al igual que los productos vaginales, como los aerosoles vaginales y los desodorantes vaginales.
La vaginitis se puede autodiagnosticar, pero identificar y tratar la causa suele requerir un diagnóstico médico.
La vaginitis puede o no requerir tratamiento. Los síntomas de la vaginitis, por lo general, se resuelven con o sin tratamiento en una o unas pocas semanas desde que aparecen los síntomas, según la causa.
El tratamiento para la vaginitis puede incluir evitar irritantes o alérgenos, antibióticos, medicamentos antifúngicos o estrógeno vaginal. Lee más sobre la vaginosis bacteriana, los tratamientos para infecciones por levaduras y los tratamientos para tricomoniasis.
La vaginitis no tratada podría resultar en complicaciones, como vaginitis recurrente, problemas durante el embarazo, enfermedad inflamatoria pélvica y problemas de fertilidad.
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Los síntomas característicos de vaginitis son la secreción vaginal y un mal olor o un olor inusual proveniente de la vagina. Otras señales tempranas de vaginitis incluyen irritación, picazón o ardor en la vagina. También puede afectarse la vulva.
Los síntomas de vaginitis variarán según la causa.
Las reacciones alérgicas e irritación vaginal son las causas más comunes de vaginitis. Los productos vaginales, como las duchas, los tampones y los aerosoles vaginales, son desencadenantes comunes. Puede que no haya secreción involucrada, por lo que las señales de vaginitis alérgica suelen ser ardor en la vagina y enrojecimiento en la vulva.
La vaginosis bacteriana es una de las causas más comunes de vaginitis cuando es diagnosticada por un profesional de atención médica. Por lo general, es causada por un crecimiento excesivo de ciertos tipos de bacterias que normalmente son controladas por otras bacterias en la vagina, como los lactobacilos. Los síntomas de la vaginosis bacteriana incluyen:
secreción vaginal delgada;
olor a pescado;
dolor durante el sexo;
picazón.
Las infecciones por levaduras vaginales (cándida) son otra causa común de la vaginitis, en especial durante los años reproductivos de una mujer. Los síntomas de una infección vaginal por levaduras incluyen:
secreción vaginal espesa, blanca y similar al queso cottage;
sin olor;
picazón o ardor vulvar;
hinchazón vulvar;
dolor durante el sexo;
dolor al orinar.
La tricomoniasis es una infección parasitaria de transmisión sexual. Los síntomas incluyen:
secreción vaginal verde o amarilla, espumosa;
olor muy fuerte;
dolor o sensibilidad en la vagina;
hinchazón vaginal;
irritación cervical;
manchas rojas en el cérvix (“cuello uterino en forma de fresa”).
La vaginitis debido a la atrofia del revestimiento vaginal es causada por niveles bajos de estrógeno. La atrofia vaginal es una complicación común de la menopausia, pero otras causas potenciales incluyen la lactancia materna, la quimioterapia, el tratamiento de radiación y la extirpación quirúrgica de los ovarios. La vaginitis atrófica se caracteriza por síntomas como:
secreción delgada y clara;
picazón vaginal;
sequedad vaginal;
dolor durante el sexo;
adelgazamiento de los tejidos vaginales.
La vaginitis inflamatoria también es causada por niveles bajos de estrógeno, pero implica el desprendimiento de tejidos de las paredes vaginales y una acumulación de glóbulos blancos en el revestimiento vaginal. Los síntomas incluyen:
secreción vaginal llena de pus;
ardor vaginal;
dolor durante el sexo;
hinchazón vaginal;
enrojecimiento vaginal.
RELACIONADO: Síntomas de la VB: ¿cuáles son las señales tempranas de la VB?
La vaginitis describe los síntomas causados por diversos problemas de salud. La vaginosis es una de las condiciones médicas que puede causar vaginitis. El sufijo “-itis” significa “enfermedad inflamatoria”, por lo que “vaginitis” significa “inflamación de la vagina”, y “vulvovaginitis” significa “inflamación de la vulva y la vagina”. La palabra “-osis” tiene varios significados, pero puede significar “producción” o “aumento”, por lo que la vaginosis implica un aumento de bacterias producidas en la vagina. Si bien hay muchos tipos de vaginitis, solo hay un tipo de vaginosis: la vaginosis bacteriana, que es una infección bacteriana sintomática de la vagina. Es una de las causas más comunes de la vaginitis.
Algunos síntomas de vaginitis pueden deberse a irritación o alergias. Estos suelen poder manejarse en casa con cuidados personales, evitando irritantes o usando medicamentos de venta libre como antihistamínicos.
Consulta a un profesional de atención médica si la secreción vaginal es verde o amarilla, espesa y similar al requesón, o si hay un fuerte olor proveniente de la vagina. Algunas mujeres que experimentan con frecuencia infecciones por levaduras pueden identificar fácilmente los síntomas y tratar la infección con éxito en casa con medicamentos antifúngicos de venta libre. Sin embargo, consulta a un profesional de atención médica si los síntomas no desaparecen con el tratamiento antifúngico. Por último, si la vaginitis interfiere con la calidad de vida, un profesional de atención médica puede ayudar.
Si la vaginitis se acompaña de otros síntomas, como fiebre o dolor pélvico, busca atención médica lo antes posible.
Un ginecólogo u otro proveedor de atención médica diagnostica la causa de la vaginitis tomando antecedentes médicos, realizando un examen físico y llevando a cabo algunas pruebas estándar. Durante la entrevista, prepárate para hacer preguntas como:
¿Cuáles son los síntomas?
¿Cuándo comenzaron los síntomas?
¿Has tenido síntomas similares antes?
¿Utilizas duchas vaginales?
¿Tienes o has tenido una enfermedad de transmisión sexual?
¿Te han recetado recientemente antibióticos, esteroides o inmunosupresores?
Usando un hisopo, el profesional médico examinará la vulva y la vagina con un espéculo y probará el nivel de pH dentro de la vagina con una tira de prueba. El profesional médico o la paciente recogerán una muestra desde el interior de la vagina. Después, el profesional médico mezclará la secreción vaginal con una solución para realizar una “prueba de olor” con el fin de detectar una infección bacteriana. A continuación, el profesional médico examinará la muestra bajo un microscopio para identificar posibles patógenos infecciosos. Si el profesional médico sospecha de una infección por Trichomonas, también podría ser necesario realizar una prueba de Papanicolaou o una muestra de orina. El profesional médico también puede analizarla en busca de ADN de Trichomonas.
La vaginitis no tratada puede dar lugar a complicaciones, como:
vaginitis recurrente;
problemas durante el embarazo, como bajo peso al nacer, rotura prematura de membranas y parto prematuro;
endometritis posparto;
La vaginitis también aumenta el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS), como gonorrea, clamidia, sífilis, VIH, VPH y herpes genital.
Los tratamientos para la vaginitis variarán según la causa:
La vaginosis bacteriana se trata con antibióticos orales o tópicos, especialmente metronidazol oral o clindamicina tópica.
Las infecciones por levaduras se tratan con medicamentos antifúngicos tópicos, por lo general cremas vaginales de venta libre. Algunas infecciones pueden requerir antifúngicos orales cuando son recurrentes.
Trichomonas vaginalis se trata con el antibiótico metronidazol o el medicamento antifúngico tinidazol.
La vaginitis irritante o alérgica se trata evitando los desencadenantes, interrumpiendo los medicamentos que causan el problema o modificando comportamientos, como las duchas vaginales. En algunos casos, los profesionales de atención médica pueden recetar corticosteroides.
La vaginitis inflamatoria se trata con clindamicina tópica, cremas vaginales de estrógeno o tabletas de estrógeno.
La vaginitis atrófica suele ser tratada con estrógenos tópicos u orales.
Si la vaginitis es un problema recurrente, las mujeres pueden hacer algunas cosas para ayudar a prevenir episodios repetidos:
Evitar las duchas vaginales.
No realizar una limpieza excesiva de la vagina y la vulva.
Usar condones durante las relaciones sexuales, incluso si se utilizan otros métodos anticonceptivos.
Limitar el número de parejas sexuales.
Evitar fumar.
Evitar irritantes o desencadenantes posibles, como aerosoles vaginales, jabones, detergentes, desodorantes vaginales, tampones, lubricantes, suavizantes de tela y baños de burbujas.
Las mujeres que experimentan vaginitis debido a alergias, irritantes, infecciones por levaduras o niveles hormonales aprenderán a identificar el problema, manejar los síntomas y prevenir la recurrencia. Sin embargo, otras formas de vaginitis son más serias. En estos casos, los remedios caseros, los kits de prueba de venta libre, los medicamentos de venta libre y los suplementos pueden no funcionar. Un profesional de atención médica puede identificar la causa y comenzar el tratamiento adecuado.
La mayoría de las causas de vaginitis se resuelven en una o unas pocas semanas. Sin embargo, la vaginitis atrófica puede tomar hasta 12 semanas después de comenzar la terapia hormonal para lograr un alivio completo de los síntomas.
La mayoría de los casos de vaginitis son agudos, lo que significa que comienzan en un momento definido y se resuelven en unas pocas semanas. Sin embargo, algunas mujeres tienen vaginitis recurrente, a veces llamada vaginitis crónica. Aunque los episodios de vaginitis mejoran con la vaginitis crónica, siguen volviendo. Las infecciones bacterianas recurrentes son la razón más común.
La vaginitis se puede tratar con éxito en casa cuando se debe a alergias, irritantes o una infección por levaduras. El tratamiento estándar para las infecciones vaginales por levaduras son los medicamentos de venta libre. Sin embargo, los tratamientos caseros y los remedios de venta libre no siempre funcionan. Si los síntomas de la vaginitis no mejoran con el tratamiento, consulta a un proveedor de atención médica.
Tricomoniasis, StatPearls
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